viernes, 31 de mayo de 2013

LA MENTE BIEN ORDENADA DE EDGAR MORIN

La mente bien ordenada de Edgar Morin:

Acabo de finalizar de leer el libro de Edgar Morin y quiero compartir  esto con ustedes.

Nuestra civilización ha alcanzado un nivel de conocimiento y de tendencia de la cual podemos enorgullecernos. Pero hoy padecemos una hiperespecializacion. Los científicos, los técnicos, poseen solo una parcela muy reducida del saber, hay muy pocos profesionistas con una visión global. Existe una falta de adecuación cada vez mas grande, profunda y grave entre nuestros saberes opuestos, preparados en disciplinas y por otra parte unas realidades o problemas mas multidisciplinarios.
 Los desarrollos propios de nuestro siglo y de nuestro tiempo nos enfrentan cada vez mas a menudo y cada vez mas necesariamente con los desafíos difíciles. Cuando mas progresa la crisis, mas progresa la incapacidad de pensar. Una inteligencia incapaz de considerar el argumento y el complejo mundial nos hace ciegos, inconscientes e irresponsables.
Así en el mundo posmoderno, dado que ya no existen certezas ni instituciones que las sostengan, una suerte de escepticismo virulento es muestra de una persona inteligente y aterrizada en sus tiempos. Nombrarse seguidor de alguna corriente es estar anclado en las viejas certezas dogmáticas y lo importante es generar opiniones de todo, por que a fin de cuentas desaparecen las autoridades y se instaura el reino de lo incierto.
El mundo es complejo. La realidad es compleja. sin embargo la ciencia posmoderna incita a descomplejizar las cosas simplificandolas en exceso, es decir separa, aísla. De este modo, sin saberlo, desde hace mucho tiempo que noté algo similar a Morin: la necesidad de generar un principio organizador del conocimiento, de la experiencia, de mis experiencias. De ningún modo rechazamos la complejidad, lo que rechazamos es el rechazo a la complejidad, confundiéndola con complicación, que no es lo mismo.
Coincido plenamente con el autor francés en el imperativo de desarrollar una lógica que penetre en lo complejo, pues es la esencia del mundo, pues aún las cosas más sencillas poseen, a su nivel, una profunda complejidad interior o en relación a su contexto.
He ahí que la sociedad propugna por gente simple, con gustos simples y visiones simples del mundo, lo que indudablemente lleva a distorsiones en todas partes. Nosotros, sin embargo, no distanciamos de esta posición y un soberano ejercicio de la duda categórica, de la razón civilizada nos levantamos con una lógica implicable a observar los fenómenos del mundo, incluidos nosotros mismos.
Así descubrimos los falsos ídolos, así avanzamos en el camino de nuestra propia libertad. La comprensión de lo complejo nos hace más humanos, no rehuir de la misma a través de artificiales complicaciones, ya sea de pensamiento o de evitar el pensamiento.

Entre el pensamiento científico, que separa los conocimientos y no reflexiona sobre el destino humano, y el pensamiento humanista, el cual ignora las aportaciones de las ciencias susceptibles de nutrir de nuevos interrogantes sobre el mundo y la vida, el divorcio es total. Y peligroso. De ahí los grandes desafíos de la enseñanza contemporánea: originar mentes bien ordenadas antes que bien llenas, enseñar la riqueza y la fragilidad de la condición humana, iniciar en la vida, afrontar la incertidumbre. En una palabra: formar el ciudadano del nuevo milenio.

La Misión

En este sentido podemos responder a la cuestión planteada por Kart Marx en una de sus tesis sobre Feuerbach ”¿Quién educará a los educadores ?”. Será una minoría de educadores, animados por la fe en la necesidad de reformar el pensamiento y regenerar la enseñanza. Serán unos educadores que tengan interiorizado ya en ellos en sentido de su misión.
La misión educadora tiene por finalidad
- Proporcionar una cultura que permita distinguir, contextualizar, globalizar, enfrentarse con los problemas multidimensionales, globales y fundamentales.
- Preparar los espíritus para responder a los desafíos que plantea al conocimiento humano la complejidad creciente de los problemas.
- Educar para la comprensión human entre próximos y entre lejanos.
Reencontrar las Misiones
Las finalidades educativas están ligadas entre sí y deben alimentarse las unas a las otras (la cabeza bien organizada que nos da aptitud para organizar el conocimiento, la enseñanza de la condición humana, el aprendizaje de la vida, el aprendizaje de la vida, el aprendizaje de la incertidumbre, la educación ciudadana).